Estaba en el jardín de la uni cuando Ada vino corriendo hacia mí, en mi opinión, demasiado alegre.
-¡Sebasaaass!- se sentó a mi lado en el banco sin borrar la sonrisa de su cara.
-¿Qué te pasa Ada?
-He estado en la cafetería y he pensado que solo somos cuatro (Sebas, Sia, Jess y Ada) amigos de verdad y lo "guay" sería que fuéramos cinco como en las pelis y series de verdad.
-Si estamos bien, ¿para qué queremos más?
-...
-¿Te has fijado ya en alguien?
Una sonrisa apareció en la cara de Ada.
-Se llama Noa, va a nuestra misma clase, su madre es profesora de inglés en un instituto y su padre panadero. No tiene hermanos.
- ¿La has acosado?
-La verdad es que nunca he hablado con ella, pero tú sabes lo aburrido que es ser hijo único. Vamos, una más es "guay".
-Vale, hablaré con ella si dejas de decir esa palabra.
-¿"Guay"?
-Sí, esa.
-Vale. Esta es ella.- me enseñó una foto de ella.
Se fue saltando como vino, diría que incluso más.
A la salida de clase la busqué y la encontré en una calle cerca de la uni, sí que era rápida. Grité su nombre hasta que se dio la vuelta. Cuando se acercó a mí, me di cuenta que no podía despegar su mirada de mis zapatos.
-Tranquila, te acostumbraras.
Estuvimos todo el camino a su casa hablando y parecía cómoda conmigo, como yo con ella. Cuando llegamos ella me preguntó:
-¿Por qué me hablas y estás aquí?
Me fui sin contestar a la pregunta, porque la explicación de los "cinco" me parecía estúpida, así tendría un aire de misterio.
Después de ese día ya éramos cinco amigos de verdad: Ada, Jess, Sia, Noa y yo, Sebas.
[...]
El día que Noa admitió que le gustaba David, yo conocí a Lucas. Se suponía que Sia y yo íbamos a estudiar pero Sia tuvo un problema y se fue dejándome solo. No le pregunté nada, aunque moría de ganas por hacerlo. Como no sabía qué hacer me fui a andar sin rumbo. Iba escuchando música con los auriculares puestos y mirando no sé dónde cuando me choqué con alguien.
-Perdona...- dije yo. Me callé al ver sus ojos marrones. Me quedé mirándole sin saber qué decir.
-Hola- dijo sonriéndome, lo que me sacó una sonrisa. Seguí como un tonto pidiéndole disculpas y el cambió de tema. Paseamos juntos por un rato hasta que Sia me llamó diciéndome que le habían llamado los otros para que nos encontrásemos. Me despedí de él después de darnos los números de teléfono.
Estábamos en casa de Noa y yo me aburría, así que lo solté:
-¿Sabéis que a Noa le gusta un chico?- vi como Noa me quería matar con la mirada. Todas esperaban que dijese algo más y no las dejé con las ganas. -Pues sí, le gusta alguien: es alto, moreno, con ojos oscuros, el pelo alborotado, llegó a mitad de curso,...
Todas gritaron a la vez:
-¡¡¡¡DAVID!!!!- todos nos dimos cuenta cómo Noa se sonrojaba.
-¡Correcto!- grité -Punto para todas.
-La verdad no me impresiona que le guste, está cañón.- Soltó Jess.
-La verdad es que se verían bien juntos- dijo Sia.
-¿Os imagináis de damas de honor en su boda?- preguntó Ada.
-Yo sí- grité- Vestidas de rosa y por supuesto yo la dama de honor principal.
Todos se rieron al escucharme.
-Pues no os hagáis ilusiones, ni hace unos minutos que me enteré de su nombre y nunca en mi vida he hablado con él.
-Pero eso tiene solución- soltó Sia con toda su serenidad.
-¿Cuál?- preguntó Noa con curiosidad.
-De verdad Noa a veces pareces tonta, pero de las grandes. ¿Cuál va a ser?
-Habla con él.- dijo Jess.
-No es tan fácil.
-Claro que sí. "¡Hola David! Soy Noa y me pierdo por tus huesos desde la primera vez que te vi. ¿Te quieres casar conmigo y dejar que mis locas amigas sean las damas de honor vestidas de rosa?'"- no se me da bien imitar a la gente.
-Jajajjaa, si dijeras eso él saldría corriendo sin mirar atrás- dijo Ada entre risas.
-Seguro que sí.- Afirmó Jess.
-¿Entonces qué vas a hacer?- me preguntó Sia mirándome a los ojos.
[...]
Después de que el padre de Noa nos echara de su casa y sacarle los colores a ella, me fui a la mía y cuando llegué mandé un mensaje a Lucas:
"¿Qué tal el resto de la tarde? S."
"Un poco aburrido la verdad. L."
"Claro como no estabas conmigo... S."
Pasó un rato y no me contestó y pensé que lo había fastidiado todo, demasiado rápido Sebas. Sonó mi teléfono.
"Yo también creo que ha sido por eso. L."
Leí el mensaje como cinco veces. Ahora el que iba rápido era él. Cambié de tema antes de que me desmayara.
"¿Conoces a David, el nuevo? S."
"Sí ¿por? L."
Era cosa mía o ya no sonreía.
"Porque le gusta a una amiga mía. S."
"Sí, es mi compañero en un trabajo que tiene que recuperar de otro año. L."
Volvió la sonrisa, estaba celoso...
"¿En qué curso estás? S."
"En primero, L."
¡Más joven que yo! Nunca he salido con uno. Seguimos conociéndonos por mensajes y después mandé mensajes a Noa.
(pongo emoticonos, pero wattpad no los acepta, por eso sabe si sonríe o no)
"Estás bien Noa? Tu padre nos ha echado de mala gana. Sebas."
"Sí, todo bien. Mi padre es así, no le gusta que haya gente en casa. Noa."
"Lo he estado pensando y... si quieres te puedo presentar a David. Parece buen chico y como dice Sia os veis bien juntos. Sebas."
No podía parar de reírme yo solo imaginándome la cara de Noa ahora mismo.
"¿Y tú lo conoces? Noa."
"La verdad es que no, pero Lucas le conoce. Sebas."
"¿Ya te has liado con otro?!!!!!!! Noa."
"Jajajajaja, no simplemente somos amigos y no es de esos. Sebas."
"Pero tú sí. Noa."
Auch. Directo al corazón.
No la contesté, pero me envió un mensaje
"ESTO NO SE QUEDÁ ASÍ, MAÑANA HABLAMOS."
No lo dudo.
[...]
"Hoy no voy a desayunar a tu casa, porque tengo que hablar con L. Nos vemos en clase. Sebas."
Mandé ese mensaje a Noa, porque había quedado con Lucas para desayunar. Nunca había faltado a un desayuno gratis, pero también es verdad que nunca había salido con uno más pequeño que yo. Si "salir". Me levanté pronto esa mañana porque Lucas y yo íbamos a desayunar en mi casa. Recogí todo como nunca en mi vida había hecho.
Justo cuando terminé de poner el tercer cojín (y último) en el sofá, sonó el timbre. Fui andando hasta la puerta y cuando toqué el picaporte me di cuenta de que estaba temblando. Respiré hondo y abrí la puerta mientras sonreía.
Allí estaba delante de mí, Lucas, con cara de sueño pero sonriendo. No sabía cómo saludarle y como parecía que él estaba demasiado dormido para pensar en eso, simplemente dije:
-¡Pasa!
Él me sonrió mientras que se frotaba el ojo y pasó a la cocina.
-¡Qué casa más pequeña!- gritó Lucas mirando a todas partes- Desde la puerta se ve todo: la cocina, la sala de estar, el baño,- mierda se me olvidó cerrar la puerta- y supongo que las puertas cerradas son las habitaciones.- terminó diciendo mientras me miraba, ¿no le gusta mi casa?- Es bonita- dijo mientras me miraba.
No lo puedo evitar y se dibujó una sonrisa en mi cara mientras decía:
-Gracias.
Fuimos los dos hacia la cocina, él un poco más despierto y yo con mi estúpida sonrisa. Cuando llegamos saqué dos tazas del armario y le pregunté:
-¿Café o leche?
Se echó a reír y no lo entendí hasta que me respondió.
-Café con leche.
Los dos sonreímos. Le preparé su café con leche y leche sola para mí. Nos sentamos uno en frente del otro en la barra de la cocina.
-Aquí el mayor lo parezco yo con mi café.
-Pero es con leche, no solo.
-Entonces soy solo un poco mayor.
Me relajé un poco al escuchar ese comentario y ser como se tomaba eso de ser pequeño. Estuvimos hablando de todo un poco: es de un pueblo perdido en la montaña, sintió mucho tener que dejar a su familia para ir a estudiar a la universidad, no tiene hermanos,.. Y es tan parecido a mí, que me dio miedo. Cuando se lo dije no se lo creía:
-Pero en algo sí nos diferenciamos.
Mierda.
-¿La edad?
-Y otra cosa
-¿Qué?
-Como tú has dicho tienes un años más que yo por lo que seguro has tenido más novios que yo.
¡Ahh! Así que era eso. ¿Celos?
-¿Eso importa?
Se quedó pensando y no dijo nada, así que hablé yo:
-Sinceramente lo dudo. En toda mi vida solo he tenido dos novios de verdad y solo quise a uno.
-¿Y el otro?
Bajé la cabeza y no me podía creer que lo fuera a decir en voz alta:
-Lo utilicé...
No dijo nada y después de esto seguro que no querría saber nada de mí.
-Entonces me interesa más el otro. ¿Sigues hablando con él? ¿Estuvisteis mucho tiempo juntos? ¿Qué pasó para que rompierais? ¿Hace cuánto tiempo?... ¿Aún le quieres?
Lo pensé un poco.
-No. Cinco años. Hace tres años. Me puso los cuernos y le dejé. No.
Se quedó mirándome y le miré a la cara. Sonrió.
-Que cabrón.
-Sin duda. Después de eso se me fue la cabeza y me emborrachaba y salía por la noche, nunca recordaba que hacía o con quien estaba. Simplemente intentaba olvidar.
Bebí de mi baso para que no viese que me estaba poniendo nervioso, pero no funcionó porque temblaba entero y el vaso también. Me cogió de la mano y le miré directamente a los ojos.
-Yo te ayudaré a olvidar,
-Ya le he olvidado.
Los dos sonreímos contentos.
Si no nos dábamos prisa no íbamos a llegar a clase. Llegamos a la uni y nos separamos prometiéndonos ver pronto. Me encontré a Ada mientras salía del baño y me dijo que los demás estaban delante de la facultad. Le dije a Ada lo de Sia, que se fue el día que íbamos a estudiar y no me dio una explicación. Ella me dijo que sabía la razón, pero que no me lo podía decir porque era demasiado personal. Yo la contesté que si era tan importante me lo diría la propia Sia cuando estuviese preparada.
Vimos como Jess se nos acercaba corriendo, más bien saltando.
[...]
Acompañé a Noa a casa como todos los días y después de estar la mañana acompañada no me apetecía estar solo.
-¿Quieres comer en mi casa?
-¿Tú cocinas, Sebas?- asentí mientras que se reía- ¿Cosas comestibles?
- Te lo juro- dije.
-De acuerdo comeremos en tu casa. Pasamos por la mía para decírselo a mis padres.
-Vale.
Los dos entramos en su casa y ella se fue directamente a la cocina, allí estaban sus padres:
- Mamá, ¿puedo ir a casa de Sebas a comer? Está solo y después vamos a estudiar con los demás, además no voy a venir a cenar porque después iremos casa de Jess a cenar... y...
-¿Todo el día fuera de casa, Noa?
- Mamá, me paso todo el día estudiando, es hora de que me relaje un poco.
- Vale hija. Por esta vez lo pasaremos.
-Gracias mamá.
No íbamos cuando su madre dijo:
- ¿Y no le dices nada a tu padre?- yo también me había dado cuenta que pasaba algo entre estos dos.
-Claro mamá. Gracias papá. –le abrazó sin ganas, todos nos dimos cuenta.
Nos fuimos y cuando ya estábamos fuera, solté:
- Eso ha sido muy raro. ¿Te pasa algo con tu padre?
- No nada.
Comimos tranquilamente los dos hablando de todo un poco hasta que Noa preguntó:
-Se me había olvidado, ¿Quién es Lucas? ¿Te lo has tirado? – Negué con la cabeza- ¿Liado?- volví a negar sin decir ni una sola palabra- ¿Me quieres decir una palabra de una vez?
- No me he liado con él. No me he acostado con él. Es mi amigo.
-¿Y de qué le conoces?
-De la facultad, estudia lo mismo que nosotros. Está en primero.
-¿Te gusta un chico que es más pequeño que tú? Nunca lo hubiera esperado de ti, siempre persigues a los de cuarto. Te tiene que gustar de verdad.
-¡NO ME GUSTA! ¡Y YO NO PERSIGO A NADIE!- cuando me di cuenta de que gritaba era demasiado tarde para pararlo.
-No mientas...
-¡HE DICHO QUE NO ME GUSTA!
-Me refería a que persigues a los de cuarto,... más bien los acosas hasta que te hacen caso y luego ya sabes.... y te cansas.... y te olvidas de ellos en una semana...
-Esto es diferente y no es porque sea más pequeño...
-Porque te gusta de verdad... A SEBAS LE GUSTA LUCAS, A SEBAS LE GUSTA SEBAS,....
Me moría de la vergüenza mientras Noa gritaba una verdad.
-Calla, Noa. No lo sabe nadie y quiero que siga así, ¿vale?
Bajó la voz: -Vale.
Cuando terminamos de comer me fui a casa de Jess donde pasamos poco tiempo estudiando y mucho cotilleando. Sus padres eran muy majos y no nos molestaron en todo el rato que estuve en su casa.
La música empezó a sonar a las diez y la gente fue apareciendo poco a poco. Estábamos los cinco bailando y yo estaba deseando ver a Lucas. Poco después recibí un mensaje de Lucas diciéndome que estaba en la cocina. Me fui hacía allí sin que los demás se dieran cuenta. Le encontré sentado en la encimera, cuando me vio se acercó a mí.
-¿Qué haces en la cocina?
-Una chica que estaba en la puerta me arrastró hasta aquí, me dio un vaso y se fue diciéndome que me lo pasase bien.
Estaba a punto de responder a eso cuando Noa apareció y se puso detrás de Lucas mientras le señalaba y susurraba su nombre. No pude resistirme a reír y Lucas se dio cuenta de que había alguien detrás de él y se dio la vuelta mientras yo soltaba un sí al aire. Noa intentó disimular y cuando se fue a dar la vuelta se chocó con David. Su cara al darse cuenta de que era él, era indescriptible. Estaba escuchando la conversación y pensado que Jess y yo éramos unos genios cuando Lucas me cogió del brazo y fuimos a una de las habitaciones de arriba. Parecía enfadado.
-¿Qué te pasa? Pareces enfadado.
-Porque lo estoy... Me gustas.- me quedé en medio del pasillo como una piedra- Y me gusta pasar tiempo contigo, pero... parece que me escondes. Me has contado que siempre desayunas en casa de Noa y que no fuiste para desayunar conmigo. Ahora tu amiga aparece y no me presentas... Has organizado la fiesta con tus amigas, pero no estás pasando tiempo con ellas. No es que me parezca mal que quieras pasar tiempo conmigo a solas, pero tampoco quiero separarte de tus amigas. Seguro que no les has hablado de mí a ellas ni una sola vez...
Me quedé en silencio.
-Me escondes.- no fue una pregunta fue una afirmación contundente.
- No. Dejo de estar con ellas porque te quiero conocer de verdad, porque me gustas... Y yo no me comporto así... No me conoces, antes acosaba- si Noa me escuchara- a los de cuarto para estar una noche con ellos y luego hacer como si nada hubiera pasado... Y no les decía nada a mis amigas. Contigo es diferente no te quiero para una noche, de verdad quiero estar contigo...
Lucas se fue. No sé si porque lo que le había dicho le asustaba o simplemente no me creía. Me metí en la primera habitación que vi, la de Jess y me tumbé en la cama durmiéndome.
Cuando me desperté ya no sonaba la música, parece la fiesta terminó. Cuando iba a salir de la habitación me di en el dedo pequeño del pie con el marco de la puerta y se me escapó un joder. Me senté en el suelo y me froté el pie. Al poco rato Noa apareció:
-¿Estás solo?
-Sí, ¿por qué no lo iba a estar?
- Pensé que estarías toda la noche con Lucas- se sentó en el suelo a mi lado- ¿era él verdad?
-Sí era él. Se fue poco después de que le vieras.
-¿Pasa algo? ¿Va todo bien?
-No y no quiero hablar de ello.
-Vale. Me voy abajo, estamos todos en el salón, queda algo de comida por si tienes hambre.
-Vale.
Se fue y me dejó solo en el suelo. La he fastidiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario