Mi madre estaba emocionada porque hoy desayunaríamos los cuatro juntos. Nunca pensé que mi madre quisiera tener más hijos, pero después de ver en primera persona cómo se comporta con Sebas, creo que de verdad le hubiera gustado tener más hijos.
Normalmente mi madre sacaba demasiadas cosas para desayunar, pero nunca bollería industrial o cosas con demasiado azúcar. Pero como venía Lucas hizo una excepción.
-Noa, no empieces hasta que no estemos todos.
Dejé el bollo que acababa de coger.
Mandé un mensaje a Sebas, llegaba tarde.
"¿Dónde estáis? Quiero desayunar. Noa."
El timbre sonó.
-Ya voy yo mamá.
Eran esos dos.
-Buenos días, Noa.- dijo un feliz Lucas.
-No estés tan contento, el interrogatorio de mi madre va a seguir.
Sebas y yo nos echamos a reír mientras Lucas hacía una mueca.
Parece que esta mañana mi madre estaba más relajada y las preguntas se estaban acabando. Comimos más de lo que deberíamos y hablamos de cosas más triviales:
-¿Qué tal os va los estudios?
-Bien. Hay muchas cosas que hacer y estudiar, pero se lleva bien.-Sebas.
-Sí, por fortuna solo hay un examen por trimestre y asignatura.-Lucas.
-En mis tiempos las cosas eran más fáciles. Recuerdo que fueron buenos años.-Emma.
Después de recordar buenos tiempos de mi madre en la universidad hurgó en otros temas:
-En mi facultad había chicos muy guapos, ¿vosotros sabéis si Noa se ha fijado en alguno?- las cara de los tres era indescriptible- Ella no me quiere decir nada.
Sebas y Lucas se miraron sin saber que contestar.
-Mamá déjalos en paz. Creo que nos vamos a ir a clases.
-Es muy temprano.
-Mamá.
-Vale. Nos vemos luego.
Nos dio un beso a cada uno y se fue.
-Mi madre te acaba de adoptar oficialmente.
-¿Cómo?-Lucas.
-Sí, cuando Emma te da un beso de despedida es que ya eres su hijo adoptivo.-Sebas.
Nos fuimos andando hasta clases y llegamos justo a tiempo para ir a clase. Las clases esta semana se habían vuelto un poco estresantes, porque se acercaban las vacaciones de invierno y tenían prisas por terminar el temario.
A la tercera hora tocaba defender nuestro trabajo, pero antes vimos en de los demás. A mis amigos parecía que todo les iba bien. El profesor estaba relajado y tampoco hacía demasiadas preguntas. Cuando nos tocó a nosotros Mario empezó a hablar mientras David y yo esperábamos de pie. Después de un cuarto de hora terminó de hablar, nos hizo una pregunta a David y yo que contestamos juntos bien a la pregunta.
Por último fue el turno de Sol, que hizo el trabajo sola. Me dio pena, porque debía de estar al menos diez minutos hablando y no duró ni cinco. Cuando el profesor le preguntó no supo contestar. Todos sabíamos que no iba a aprobar el trabajo.
Cuando terminaron las clases ningunos de los 5 teníamos ganas de ir a casa por lo que salimos juntos a un bar. Nos sentamos en la terraza.
-¿Habéis visto la cagada de Sol?- preguntó Sebas.
-Como para no verlo.- dijo Ada.
-Pues a mí me da pena.- dije yo.
-¿En serio?- Sia.
-Se ha portado muy mal con nosotros desde que la conocemos.- Jess.
-Lo sé, no debería pensar así.
-Cambiemos de tema.- propuso Jess.
-¿Qué tal con Logan?- preguntó Ada.
-Para que hablaré...
Jajajajajaja.
-¿Qué tenéis pensado hacer esta tarde?- pregunté.
-Dormir...-Ada.
-Logan...-Jess.
-Lucas...-Sebas.
-No lo he pensado...-Sia.
-Como se nota que falta un mes para los exámenes y nos importa mucho.
Todos nos reímos. Nos separamos hasta mañana.
Iba andando hacía casa cuando vi a David a lo lejos. Como más o menos ya le había perdonado, me acerqué hasta donde estaba.
-Hola.
Se giró y cuando me vio una sonrisa apareció.
-Noa.
Mi nombre, otra vez.
-David.
-¿Qué tal?
-Bien. Te he visto y me he acercado a saludar. No me apetece ir a casa.
-Podemos ir a dar un paseo juntos.
-Vale.
Nos pusimos a andar sin tener claro dónde íbamos.
-Sé que no soy la persona más indicada para preguntarte, pero a que se refería Sol...
Tal vez si se lo cuente, me cuente él algo.
-Mejor nos sentamos.
Eso hicimos.
-Por dónde empiezo...-estaba empezando a temblar, se dio cuenta y me cogió la mano, le miré a los ojos y empecé- Cuando tenía dieciséis años tuve mi primer novio. Solo llegamos a salir ocho meses... Al principio era majo... pero con el tiempo se volvió controlador... Estuve alrededor del último mes intentando dejarlo... pero siempre me convencía de que no lo hiciese...
Allá voy:
-Un día decidí que ya estaba harta y que ese día le dejaría. Quedamos donde siempre y se lo dije. Al principio no me creyó, pero estuve un mes evitándolo. Él intentaba hablar conmigo, pero no le dejaba. Después de ese mes su madre llamó a mi casa... Mi madre me contó que se... había... suicidado... Sol tiene razón maté a un chico sin tocarlo...
No me dijo más y me abrazó.
-No tienes la culpa.
-Sí...
-No. No puedes estar con alguien por obligación.
No dije nada más y estuvimos un rato juntos en el banco. Apoyé mi cabeza en su hombro y disfrutamos del silencio.
"Mate a un chico sin tocarlo."
-Querrás saber de mi vida...
-La verdad es que no. Tengo suficiente con una confesión al día...
Rio.
-Solo quiero saber una cosa.-Tenía que saberlo.
-Pregunta.
-¿Por qué en la fiesta cuando te pregunté no me dijiste nada, pero cuando Sol te preguntó si le contaste tu vida? ¿Por qué a ella sí?
Pensó la respuesta.
-Porque me importa lo que piensas y no te quería asustar con mi vida. Me han pasado muchas cosas y no todas son buenas... Sol me pilló de bajón y me daba igual lo que pensase... Solo quería desahogarme con alguien.
-No eres el único con un pasado turbulento. Mi padre fue soldado en Gaza, luego tuvo otro trabajo antes de ser panadero. Tuve un mejor amigo que murió cuando era pequeña y yo no me acuerdo, pero sí me acuerdo de mi amiga de toda la vida que murió por una enfermedad,... Creo que la vida de nadie es fácil.
Se quedó mirándome. Empezó a hablar, pero le interrumpí.
-En serio David, hoy no.
Nos quedamos un rato más en el banco hasta que se hizo de noche. Nos separamos prometiéndonos vernos mañana.
No debe de sentirse bien, porque después de querer saber tanto de su vida ahora no le dejo. Pero hoy he abierto una herida y necesito tiempo para que se vuelva a cerrar.
Por la noche...
"Buenas noches. Noa"
"Te parece bien si mañana te acompaño yo a clase en vez de Sebas. David."
"Vale. Noa"
"Buenas noches. David"
"Mañana no hace falta que vengas a mi casa a desayunar. David me acompaña a clase. Noa"
"¡¡¿QUEEÉ?!!"
"Hemos hablado esta tarde. Ya te contaré. Noa"
"Vale. Pero tu madre no se pondrá triste. Sebas"
"No te preocupes, hablaré con ella. Noa"
"👍"
A la mañana siguiente me senté a desayunar con mi madre. Le expliqué que hoy solo desayunaríamos las dos y le pareció bien.
-No está mal pasar un tiempo a solas con la princesita de casa.
Es o que dijo.
Estuvimos hablando sobre el instituto. Yo había ido al mismo en el que mi madre trabaja ahora. Me ha estado explicando que las cosas han cambiado. Antes era raro encontrarte con peleas entre "niñas" como mi madre dice, aunque ya tenga más de 15 años. Me contaba que ahora se peleaban por todo: si tu ropa es horrenda, si no me gusta tu pelo,... y sobre todo por los chicos, como si fueran "cosas". En algo tenía razón, cuando yo fui al instituto no peleé ni una sola vez y no parábamos de hablar de los chico, sobre todo de los últimos cursos...
Volviendo a la realidad y después de pasar un buen rato con mi madre me fui fuera a esperar a David. Cuando cerré la puerta de casa y me di la vuelta allí estaba él esperándome.
-Buenos días- su sonrisa...
-Buenos días David, ¿llevas mucho esperando?
-Un rato- admitió mientras se pasaba la mano por su pelo.
-¿Por qué no has tocado el timbre?
Su respuesta fue encoger los hombros.
Nos pusimos a andar hacia la universidad.
-¿Ya tienes ganas de escucharme?
-Sí, con las pilas recargadas.
Paró de andar y nos pusimos uno al frente del otro.
-Haber por donde empiezo... Mi madre era soldado y murió trabajando. Mi padre tiene depresión y ya no me hace caso. Vivo con mi abuela y mi prima es mi vecina.
Me quedé un instante digiriendo lo que me acababa de contar.
-¿Te parece bien si no vamos a clase? Tu resumen es bueno, pero creo que se queda corto.
-Vale.
Después de andar y pasar por delante de la universidad nos fuimos a un parque donde había bancos bonitos donde poder sentarnos. Era muy pronto en la mañana, pero había gente: corriendo, sacando a pasear al perro, respirando aire puro,... El parque no era muy grande, pero estaba lleno de grandes árboles y una gran vegetación. Tenía pequeños caminos de gravilla que te llevaban a ninguna parte. Después de andar un poco por estos caminos nos sentamos en un banco a la sombra de un olmo.
-Explícame... todo.
-Vale. - Respiró profundamente- Mi madre fue soldado desde antes que yo naciera, se pidió una baja para cuidarme, pero pronto volvió. Le encantaba, más que la maternidad. Por ello me crio mi padre. Hace dos años, justo cuando iba a empezar la universidad, mi madre murió en combate. No sé cómo exactamente, pero tampoco pregunté por ello. Después del teatro que fue su funeral mi padre y yo seguimos viviendo juntos con mi hermanastro pequeño que entonces tenía siete años. No es mi hermanastro exactamente, es un primo de parte de mi padre que no se hicieron cargo y mi padre se volvió su tutor legal... Cuando nos quedamos los tres solos a mi padre le dio por cambiar de casa y nunca se encontraba a gusto en ninguna, pero esto lo hacía desde que mi madre volvió al ejército después de la baja por maternidad. Este año asuntos sociales nos hizo una visita y nos les pareció bueno tanto cambio y se llevaron a mi hermanastro. Mi padre al principio lo llevó bien, pero pronto cayó en depresión... Me cansé, intenté ayudarle, pero él no quiere. Me cansé... Llamé a mi abuela materna y se ofreció a que viviera con ella, además como mi prima estaba cerca no me lo pensé.- suspiró- Creo que eso es todo.
Me miró a los ojos mientras yo seguía pensando.
-Y yo que pensaba que mi vida era complicada...- es lo único que se me ocurrió decir.
Se rio con mi comentario.
Después de su gran monólogo hablamos de otras cosas más alegres y dimos paseos por el parque. Al final llegó la hora de comer y nos despedimos.
Cuando llegué a casa actué como si hubiera ido a clase y no se enteraron. Cosas buenas de ir a la universidad, tus padres no controlan tus faltas de asistencia. Ya soy mayor o eso creo yo.
Por la tarde los cuatro se presentaron en mi casa y me pusieron al día con las clases. Después fue mi turno para explicarles por qué no había ido. Me hicieron las preguntas que me esperaba: no somos novios, solo amigos, si me sigue gustando,... Fueron algunas de mis respuestas.
Otro tema que sacaron fue que ahora solo Sia y Ada estaban solteras, a lo que ellas contestaron a la vez: "Estoy bien sola".
Parecía que nuestras vidas se encaminaban.
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